viernes, 10 de octubre de 2014

TALLER DE JUEGO INTERNO: ENTENDIENDO Y LIBERÁNDONOS DE LA MENTE Y EL EGO (III)



Vamos a profundizar un poco más sobre la mente, pero ahora con un aliado poderoso, el ego. Veamos. La mente es el tren de pensamientos constantes que tenemos día con día. Ese tren de pensamientos, forjan a nuestra mente, empiezan a crear una mentalidad sobre nosotros mismos, sobre el mundo, sobre todo vaya. Pero algo importante a tener en cuenta, es que esa mentalidad alimenta a uno de nuestros peores enemigos, nuestro ego.

[Advertencia: Este artículo pertenece al Taller De Juego Interno - Hombre Natural. Por lo tanto, en caso de que hayas llegado por divina obra de la casualidad hasta aquí, te invito a que revises el índice del taller haciendo clic aquí y así revises los demás artículos pertenecientes al mismo.]


El ego, desde mi punto de vista, es el falso yo. Si eres una persona que ha leído mucho sobre las ciencias que estudian la psique humana te darás cuenta que no sólo es mi punto de vista. En otras palabras, el ego o falso yo, es todo lo que tú crees que eres.

Déjame ejemplificar el ego de la siguiente forma:

Estudiaste una larga carrera de ingeniería por 5 años, tienes un gran trabajo en una prestigiosa empresa. Tienes una gran familia, tu padre y tu madre te adoran, tu esposa e hijos te aman, tus amigos y conocidos te respetan por lo que eres y por lo que has logrado, esa es tu vida en general. 

Un día te mandan a un viaje de negocios, tienes que viajar hasta el otro lado del mundo. Estando en el avión, a miles de metros de altura sobre el suelo, empiezan a fallar todos los motores, comienza a desplomarse, te sientes aterrado, piensas en tus hijos en tu esposa, tus padres etcétera. 

Finalmente el avión cae cerca de una isla desierta y por fortuna has salido con vida y eres el único superviviente. Te las arreglas para llegar a la isla. Llegas a la isla, cansado, confundido, aun en estado de shock. Empiezas a preocuparte en cuándo y cómo te rescatarán, piensas en toda tu familia, en tu trabajo. Al cabo de varias horas, tienes hambre y sed, exploras la isla y te das cuenta que hay gran variedad de árboles y plantas con frutos y una laguna de la cual puedes beber agua. En la noche encuentras una pequeña cueva donde te refugias. Prácticamente tienes agua, comida y un refugio donde descansar. 

Eso es todo lo que necesita un ser humano para sobrevivir. Pero por qué le empezamos a tomar tanta importancia a nuestra familia, amigos y trabajo. Lo que voy a decir a continuación es duro y seguro no estarás de acuerdo conmigo, pero ninguno de ellos es necesario para tu existencia. Sólo al momento de tu nacimiento fueron necesarias dos personas para poder procrearte, para poder criarte y alimentarte durante tus primeros años de vida. Pero una vez te conviertes en alguien autosuficiente, no necesitas de nadie más. Tal y como sucede en la situación ficticia que acabo de exponerte.

Pero ¿por qué sentimos que todas esas cosas son necesarias? Sentimos que sin nuestras familias, sin nuestros amigos, sin nuestros trabajos moriremos ¿Por qué? Porque son el ego y la mente las que necesitan esas cosas, y como aun sigues creyendo que eres tu mente, y sigues creyendo que eres tal persona a causa del ego, sientes que son necesarios para tu vida. 

La mente alimenta al ego con pensamientos como estos: Soy un gran hijo, soy un esposo ejemplar, soy un buen padre, soy el mejor empleado. Y te sientes identificado con todos esos pensamientos que alimentan al falso yo. Crees que eres el ego, o el falso yo, pero no eres eso, no eres nada de eso. Te dejo con una de las frases más potentes que jamás haya escuchado al respecto, proveniente de la película Fight Club:

"Tú no eres tu trabajo. No eres cuánto dinero tienes en el banco. No eres el auto que conduces. No eres el contenido de tu billetera. No eres tus malditos pantalones. Eres la mierda obediente del mundo."

Ahora bien, dirás que esas sólo son frases de Hollywood, que no tienen nada qué ver con la realidad. Bien, aquí te va un ejemplo de la historia real:

Alejandro Magno fue un gran conquistador, lo quiso todo en el mundo, quería gobernar al mundo, se dejó llevar por sus pensamientos y su ego. Nunca estuvo conforme con lo que tenía, es lo mismo que le ocurre a varias personalidades famosas que lo tienen todo. Y sólo en su lecho de muerte, se dio cuenta que todo lo que había conseguido, tanto cosas tangibles como intangibles, no se las llevaría consigo. Por eso pidió a uno de sus allegados que sus manos vacías sobresalieran del féretro para que todo el mundo viese que nada se había llevado. 

Es una verdadera tristeza que muchos lleguen a entender esto sólo cuando están a punto de morir, y que por esa razón de querer siempre más, de creer que eres esto o lo otro, no pudieron vivir plenamente la vida.

No estoy diciendo que abandones a tu familia, sólo fue una manera extrema de ejemplificar la capacidad del ego, hasta dónde el ego nos puede afectar. Por ejemplo, está bien que llores cuando has perdido a un familiar muy querido, pero la vida continúa, ya no puedes hacer nada. Sin embargo, hay personas que no logran concebir su vida sin aquellas personas que han perdido, se hunden en una gran depresión a tal punto de suicidarse. Qué lástima. 

Eso mismo sucede a menor escala cuando “sufres” un rechazo. Si te rechazan sientes que perderás estatus social ante las personas, y eso le hiere demasiado al ego, pero sigues sintiendo que eres tú el que saldrá afectado. Si una chica te rechaza en la calle o en un lugar muy concurrido no pasará nada, posiblemente nadie se dé cuenta que te han rechazado, puede que sí pero a las pocas horas se les olvidará, al fin y al cabo sólo eres un desconocido.

Bien, ya entiendo que todo es un truco de mi mente y el ego, pero cómo diablos logro que no me afecten. Aún sigo sin saber cómo deshacerme del ego y de mi mente.

No puedes deshacerte del ego o la mente, es cómo querer partir el aire en dos. No se puede. Lo que sí puedes hacer es comprender por qué te afectan (o por qué crees tú que te afectan) y en qué momento esto se origina. 

Uno de los grandes maestros espirituales, Osho, decía que una de las formas de no dejarse afectar por la mente y el ego es vivir en el momento, estar conscientes de vivir en el momento. El ego sólo puede existir en los recuerdos del pasado y en las preocupaciones del futuro, la mente sólo está pensando en el pasado o en el futuro. Ninguno de los dos está en el presente, en este preciso momento. 

Volvemos al ejemplo de la situación de la chica en la calle. La ves, te encanta, pero no la abordas. Tu mente viaja el futuro y te dice que si te acercas a ella algo malo te sucederá. No sabes exactamente qué es eso malo que te pasará, sólo lo sabes. O puede que tu mente viaje al pasado y te traiga el recuerdo aquel de cuando te acercaste a la dependiente de una tienda y ésta te trató mal. La mente te dice: “oye, recuerda aquella vez ¿no querrás que te vuelva a suceder?”. En cualquiera de los dos casos, te has dejado llevar por tu mente y de esa forma has protegido a tu ego, creyendo que tú has sido el protegido. 

La clave está en dejar de prestarle importancia a las interpretaciones que hace la mente sobre las cosas. La mente está fragmentada, es dual, le encanta interpretar las cosas, sólo para ver que le beneficia al ego y que no. Bueno malo, alto bajo, bonito feo, blanco negro. 

Sé testigo de la vida y no dejes que las interpretaciones de la mente te afecten. Observa a una flor, no la interpretes, no pienses si es color verde, expide cierto aroma, es grande, NO, no hagas nada eso. Sólo observa sin interpretar. Si eres de los que no les gusta hacer el aseo en la casa, hazlo. Pero sé que no lo harás, porque te dejarás llevar por las interpretaciones de la mente: “Es muy cansado, mejor ponte a jugar que es algo más relajado”. Si no eres capaz de hacer el aseo en tu propia casa sólo porque sí, difícilmente podrás superar todas esas ansiedades en torno a las relaciones con el sexo opuesto. 



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